sábado, 25 de abril de 2009

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"Lo que para mí se acerca más a lo infinito es la inmensidad del universo y la estupidez humana, aunque de lo primero aún no estoy del todo convencido."

Esto cuentan que dijo A. Einstein, y al parecer lo han tenido en cuenta, para su propaganda, y con mucha habilidad, los vendedores de cosas diversas, con el fin de aumentar sus ventas. Y creo que con gran éxito para el engorde de sus cuentas de resultados.

Hay un fabricante de coches, no digo cuál, claro, que ni por asomo habla de la potencia, fiabilidad o duración de su motor, ni de la comodidad de su cabina, ni de su facilidad de manejo, ni de su seguridad en caso de accidente. ¿Para qué? Se supone que eso es lo de menos en un coche. Lo que de verdad importa es que veamos salir del mismo la modelo o el deportista más cotizados, que en algún lugar de la carrocería luzca la firma de un famoso pintor, que los viajeros estén siempre riéndose y contando chistes o que se deje caer el vehículo desde un octavo piso y caiga en la luna.

En fin… que os voy a contar… Es cosa que conocemos de sobra por lo infinitos anuncios en cualquier medio de comunicación. Parecería que, al comprárselo, cualquier mujer se convertiría de repente en una modelo de 90-60-90, o que cualquier hombre, aún fofo y gordinflón, en el mejor deportista de todos los tiempos. O que nada más que subirte y conducirlo todos los pasajeros cambiaran sus tristes vidas en otras nuevas, con risas, chistes y demás. Se acabaron las depresiones si lo tienes. O que quisieras y pudieras ir a la luna sin cohete ni traje espacial.

Pero bueno… ya conocemos la imaginación de los publicistas. Casi todos tienen mucha más imaginación que muchos cineastas de pró. Lo peor no es que lo hagan los publicistas. Lo peor es que es lo mismo hacen casi todo los demás: promesas absurdas, logros sin esfuerzos, riqueza sin trabajo, libertades sin conquista, derechos gratuitos, capacidades inexistentes, futuros de color de rosa, trabajos sin dar ni golpe, etc. etc.

¿Así será para siempre? Pues… no. Lo que suelen conseguir es que no les creamos ya nunca más, ni en nada. Dicen que la mentira tiene las patas cortas. ¿No lo crees tú?


5 comentarios:

Bastet dijo...

Este mundo en el que nos ha tocado vivir, está lleno de apariencias y superficialidad. No me gusta la televisión, de hecho prefiero no verla. El día que se estropee, no compro más :). Nos llenan la cabeza de ideas absurdas, consumismo, engaños, envidias... buscan la parte más animal del ser humano, es ahí donde pinchan. El otro día leí en un artículo que que muchas de las personas a las que vemos por la TV, ni se nos ocurriría dejarlas entrar a nuestra casa, pero de hecho, entran ¡vaya que sí entran!. Todo el día, por las pantallas, por la calle, hay un bombardeo auténtico de publicidad. Lo que debemos hacer es protegernos de todos esos "ataques" y no dejarnos influenciar negativamente por la estupidez humana, tan común en estos tiempos que corren.

Un beso, y un abrazo.

Helen Maran dijo...

Estoy muy de acuerdo con la opinión de Bastet,y con tu nota, hay una propaganda astuta y silenciosa en todos los ámbitos de la vida que se te mete como una telaraña en tu vida, en tu casa, controlándolo todo,stop, fácil decirlo, pero hacerlo realmente, por lo menos lo hablamos , pienso que estamos mas cerca que otros, reconociendo a la vestía,en manñana de domingo te dejo un abrazos de luz amigo.

Helen Maran dijo...

Para ver lo que la bestia puede hoy a la noche publíco algo sobre la voracidad leelo a ver que te parece,nuevos abrazos desde israel, los sentis amigo, jjjaaaa,feliz domingo.
pd.gracias por el enlace a mi blog y la nota soy.

BIGARIATO dijo...

Personalmente procuro no comprar casi nada de lo que se anuncia porque no me fio y considero que a un buen producto no le hace falta adornarlo tanto.

Abrazos.

Anuskirrum dijo...

Pretenden que es la era de la imagen, y lo intentan salvajemente. De nosotros depende hasta donde entre la transformación multicolor de una vida sujeta a los vaivenes del materialismo y la necesidad de novedades constantes.

Vivimos a pesar de la publicidad, pero considero que hoy día es la bestia negra de la comunicación, porque significa mucha manipulación.

Un abrazo