viernes, 5 de septiembre de 2008

LA MÚSICA DE LAS ESFERAS




A Hassan yo le llamo mi maestro de pintura. En realidad lo considero mi maestro de arte, no solo del arte de la pintura. Aunque reconozco que es un atrevimiento por mi parte, ya que para considerar a alguien tu maestro debes de ser tú un discípulo de manera digna, y no sé si lo soy o no.

De cualquier forma, su visión del arte me interesa sobremanera, me hace reflexionar sobre sus palabras, tratando siempre de no perderme ninguna, al igual que procuro no perderme ni uno solo de sus movimientos con el pincel sobre el lienzo. Y lo hago porque sé que cada una de sus palabras y de sus pinceladas tiene un valor en sí, y que la única manera de que dispongo para descubrir su sentido es observándolas con la máxima atención y reflexionando sobre su necesidad y su por qué.

No es un teórico de la pintura ni del arte. Es un artista. Y esto quiere decir que el arte no es algo ajeno a añadido a su ser, sino algo consustancial a él mismo, algo que le da consistencia y forma a los tejidos de su alma. Al decir de Beethoven, no vive de su música, sino en su música. Son dos cosas muy diferentes. El arte no es algo externo, algo que se ejercita en determinados momentos del día. El arte es algo consustancial, que se lleva dentro continuamente, al igual que el corazón late continuamente o los pulmones continuamente toman el aire y lo reparten por el cuerpo entero.

Muchas veces el arte ha sido nuestro tema de conversación. Y yo lo escucho fascinado porque sé que no me habla del arte. Me habla de él mismo.

Hoy, una vez más, y sabiendo de mi amor por la música, nos hablaba del paralelismo entre pintura y música. En realidad, pienso yo, y creo que él, que no es tal paralelismo, porque paralelas son dos cosas que marchan en la misma dirección pero separadas. Sería mejor quizá llamarlo comunión, o igualdad de esencias. Realmente les alimenta la misma esencia.

Y, abundando en lo mismo y abriendo un poco la mente, no son solo la pintura y la música, artes que ambos amamos, sino todas las otras artes. Todas las artes son comunes en su esencia.

Y al participar de la misma esencia, decía Hassan, todas tienen las mismas características universales, e incluso se puede usar la misma terminología para nombrarlas: armonía, tonalidad, equilibrio, composición, ritmo, dinámica, etc. etc.

Y yo, por mi parte, en este momento estoy dispuesto a no limitar las artes a las siete tradicionales, porque creo que hay muchas más. Tantas como actividades hay propias del ser humano. Pintura, escultura, música, arquitectura, etc. son actividades artísticas, sí.

Pero, ¿y el arte de amar, el arte de hablar, el arte de cocinar, el arte de cultivar las plantas, el arte de educar, el arte de enseñar, el arte de bailar, de mirar, de escuchar, de andar... y así hasta el infinito? ¿No es cierto que, según decían los antiguos griegos, a los discípulos de Pitágoras se les conocía simplemente por su manera de andar?

El arte impregna todo movimiento del alma humana y lo dignifica, lo hace propiamente humano. Lo hace humano, distingue al hombre de una máquina, la cual, aún haciendo algo más perfectamente que el hombre, nunca lo podrá hacer con arte, nunca le podrá dar alma.

Y en realidad, ¿qué nos distingue de otros seres de la creación? Pues el arte y la boina. Ya sabéis el chiste del lepero:

- Oye, chaval, ¿dónde está tu padre?
- Está en la pocilga, con los cerdos. Si no lo distingue usted, es el que lleva boina.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué arte tienes quillo, y cuánto que decir.

REalmente, todo lo que se hace desde el alma es muy nuestro y tendrá otro matiz...lo que se hace sintiendo, en sintonía, cantando si quieres, completamente concentrado en no se sabe qué...eso es estar en plenitud, eso es arte.

Me ha encantado tu post compi. Ole la guasa gaditana, también.

Anónimo dijo...

Hola Abraxas,

Creo que el arte no debiera limitarse a una expresión concreta. Hoy en día se emplean conceptos extraños, como el mismo "arte conceptual", que abarca prácticamente todo (incluyendo -como he visto- la "obra" de un palo al cual le habían insertado un excremento humano en un extremo).
Como apuntas en tu escrito, el arte es sinónimo de belleza, aun mostrando horror y muerte. El misterio del alma que encierra una obra artística y que trasciende a su mera expresión material, es un reflejo del mágico misterio que encierra el alma humana.
Creo que la madre de todas las artes -algunas artes sólo son medios para llegar a ésta- es el arte de "trabajarse" a sí mismo.

Gracias por compartir,

juan

Concha Barbero de Dompablo dijo...

Ja, ja, ja... el lepero...

Así es, Abraxas, esta semana he asistido, en la empresa en la que trabajo, a una jornada para mejorar nuestro impacto personal y profesional. Teníamos que presentarnos y hablar de nosotros, de nuestra actividad, sueños y aficiones. En el caso de personas extravertidas, como yo, no hay muchas sorpresas, pero cuando aquellos de los que no sabes mucho se abren, en un ambiente propicio, surge su dimensión humana, y te das cuenta del talento que tienen, de la confluencia de arte en una misma persona y de que, la mayoría, se esfuerza por vivir talentosamente, desarrollando actividades artísticas de todo tipo, y hablando de ellas con pasión. En ese momento, yo sentía también su esencia.

El arte de vivir, así es, Abraxas.

Un abrazo

ABRAXAS CADIZ dijo...

Queridos amigos, acabo de leer hoy vuestros comentario, así que os pido disculpas. El espacio virtual, celoso y ladino, me jugó una mala pasada de la que me he recuperado hoy gracias a un aviso de Concha. Concha, gracias una vez más.
ALTEA: arte el que tu tienes, en tus ojos y en tu pluma...
es verdad lo que dices del arte, el arte es la plenitud que se sale por los poros, quieras tu o no quieras. Y si, encima, quieres, sale a raudales.
Ya tengo ganas de compartir risas, palabras y miradas contigo. Pero en directo, nada de virtualidades...

ABRAXAS CADIZ dijo...

Juan, decía mi Maestro que el arte es:
"La expresión plástica de las intuiciones estéticas"
Fíjate, nunca pudimos definir en qué consistía cosa tan crucial para el hombre, y va JAL y lo define muy claramente.
Las intuiciones provienen de un lugar superior a lo puramente mental, y esas chispas, visiones fugaces de la auténtica realidad, cada artista la plasma en su arte propio.
Ahora bien, y como bien dices, lo del palo y el excremento... bueno, para qué hablar. Ambos sabemos lo que es... majadería, claro...
Me han impresionado muchos tus últimas palabras, porque creo que has definido muy exáctamente lo que es el arte:
"es un reflejo del mágico misterio que encierra el alma humana" Y también, como dices, "la madre de todo arte es el arte de trabajarse a sí mismo"
Creo que todos somos escultores, y nuestro principal trabajo es esculpirnos a nosotros mismos...
Un abrazo, Juan

ABRAXAS CADIZ dijo...

Concha,
tenía yo una amiga muy amiga que me decía: lo importante es saber abrir los cofres.
Ella abrió, por cierto, el mío.
Esa reunión de que me hablas debió ser en extremo interesante. Estoy convencido que solo mostramos nuestra alma tal cual es en circunstancias muy especiales. Tu reunión tuvo que ser muy especial, sin duda.
Me alegro por ello, ya que conseguir ese ambiente donde cada uno se muestra tal cual es no es nada fácil.
Pocas veces hablamos con el alma en la mano y muchas menos delante de más de una o dos personas juntas.
Pero tengo comprobada una cosa. Si empiezas tu hablando con el alma en la mano, es muy fácil que tu compañía lo haga también.
Abrir los cofres... mucho tengo que aprender todavía sobre eso...