lunes, 21 de marzo de 2011

PRIMAVERA



No fueron las mañanas blancas,
ni tampoco los espacios, otra vez limpios y gloriosos.
No han sido los infinitos pájaros,
en el cielo más azul abriendo tirabuzones.

Ni los rojos, púrpuras y blancos que las flores
hacen diminuta espuma sobre el verde extenso.
Ni siquiera el dulce y amoroso aire
que pasó de nuevo, encendido,
de los infinitos soles a mis recónditos átomos.

No. Sólo han sido tus ojos, su brillo y su llama,
como fuego inmenso, de tu centro lejano
al mío encendido.

Ellos son los que cantaron,
en silencio, con voz sonora y dichosa:
¡He renacido!
¡Hemos prendido de nuevo nuestras ascuas!

¡El Universo nos pertenece!
¡Desde el grano de arena a las galaxias,
el pequeño arroyo y los océanos,
los minúsculos brotes que abren los leños,
los infinitos huevos que rompen a la luz,
las largas espumas de la luna en las orillas...!

Todo nuestro y de todos.
Todo otra vez en nuestra casa.
Todo está... y todo es.

Y no distinguimos ya nuestras fronteras
de las del Universo divino, que, una vez más,
rió con nosotros, reímos uno y juntos
otra ancha y más eterna primavera.


2 comentarios:

Carmen dijo...

¡Qué bonita primavera!... el brillo de una mirada que refleja una conciencia en pleno renacimiento... mirar unos ojos así es zambullirse en la síntesis... no intelectual sino amorosamente: experiencial.

cieloytierra dijo...

...para poder vivir , en una eterna primavera!! así decía mi maestro!!
lo recuerdo con tu post y lo llevo al corazón...aquí las hojas caen...y la energía se prepara para ir hacia adentro...

gracias!!!