jueves, 5 de noviembre de 2009

VICTORIA



Eres la victoria, mujer.
Eres la victoria, mujer.
Parirás hijos, mujer,
parirás hijos que serán
hijos de la luz.

Y sus espadas
refulgirán al sol
al amanecer.
Ellos barrerán las sombras,
y cortarán cabeza tras cabeza
al dragón.

Tallarán un trono al nuevo rey,
dejarán su piel y su sangre
como ofrenda a los dioses.

Y en el altar de esos dioses
el humo de su carne
ascenderá a los cielos,
y será visto
por las multitudes.

Anunciará un nuevo reino,
el reino del amor,
el reino del honor,
el reino de la bondad.

Y las cabezas de los amos
de las cavernas
rodarán desde la montaña
de sus monedas
hasta el barro.
Y ninguno será perdonado.

Y entonces
la nueva humanidad
se abrazará
como una sola.
Y el becerro de oro
será echado abajo
de su pedestal.

Y los campos florecerán,
y nacerá nueva lluvia
y un nuevo sol.
Y en las bocas de los hombres
Habrá palabras de verdad,
De esperanza, de justicia.

Eso creo.
Por eso lucho.


3 comentarios:

Mª Teresa Sánchez Martín dijo...

Qué tu lucha sea fructífera. Me uno a ella con las armas de mis versos.

Saludos

juanarmas dijo...

"Anunciará un nuevo reino,
el reino del amor,
el reino del honor,
el reino de la bondad".

De ese reino estamos sedientos. Ahí vamos, tardemos meses o milenios.

Un abrazo

Verdial dijo...

Cuanta falta hace que todo lo que apuntas se haga realidad. Parece que todo lo que nos rodea es tan artificial....

Un abrazo