viernes, 21 de septiembre de 2012

PRIMAVERA


Dedicado a mis amigos del otro lado del mundo.


























Foto: Inmaculada Camacho


No fueron las mañanas blancas,
ni tampoco los espacios,
otra vez limpios y gloriosos.
No han sido los infinitos pájaros,
en el cielo más azul abriendo tirabuzones.

Ni los rojos, púrpuras y blancos que las flores
hacen diminuta espuma sobre el verde extenso.
Ni siquiera el dulce y amoroso aire
que pasó de nuevo, encendido,
de los infinitos soles a mis recónditos átomos.

No. Sólo han sido tus ojos, su brillo y su llama,
como fuego inmenso, de tu centro lejano
al mío encendido.

Ellos son los que cantaron,
en silencio, con voz sonora y dichosa:
¡He renacido!
¡Hemos prendido de nuevo nuestras ascuas!

¡El Universo nos pertenece!
¡Desde el grano de arena a las galaxias,
el pequeño arroyo y los océanos,
los minúsculos brotes que abren los leños,
los infinitos huevos que rompen a la luz,
las largas espumas de la luna en las orillas...!

Todo nuestro y de todos.
Todo otra vez en nuestra casa.
Todo está... y todo es.

Y no distinguimos ya nuestras fronteras
de las del Universo divino, que, una vez más,
rió con nosotros, reímos uno y juntos
otra  ancha  y más eterna primavera.










2 comentarios:

Brisa dijo...

Hermosa primavera la que nos descubres, se agradece más en estos días.

Un abrazo.

ABRAXAS CADIZ dijo...

Querida Brisa, lo ideal sería que siempre viviésemos en una primavera constante...