viernes, 12 de agosto de 2011

HIERBA QUE EL SOL SECARÁ...



¿Hierba que el sol secará
en los rigores del estío?

¿Ola de bravura desmedida
que, rozando fondos,
marcará su fin en la efímera espuma?

¿Nieve blanca, sin mancha,
que descubrirá la parda tierra
en su deshielo inevitable y final?

No sé...
No sé...

Pero no. No será.
El manantial no cesa, en su llanto.
La simiente enterrada brota sin cesar
y sin cesar la lluvia fecunda
los pechos abiertos a la luz,
los brillos y albores del hechizo,
las manos que no pudieron zafarse,
lo unido que las llamas unió.

No puede ser...
No puede...

No será.


2 comentarios:

Carmen dijo...

Qué bonito este cesa/no cesará...

Porque es cierto así, en su contradicción... se seca para siempre toda humedad que hizo a la vida... y permanece el ciclo... porque nada ocurre si no es para siempre...

Secarse y, con ello, tener la posibilidad de despertar del sueño. Humedecerse y, con ello, darse una oportunidad para soñar y recrearse en la creación.

Las amapolas que vi esplendidas este año cuando fui a mi pueblo y que unos días después en mi ruta con la bici vi aplastadas por el sol... brotaron para mirar a la tierra y después se sumergieron en su sueño... o en su despertar.

ABRAXAS CADIZ dijo...

Aparecer y desaparecer...
nacer, morir y renacer...
debe existir un hilo
que una las cuentas del collar.

Un fuerte abrazo, Carmen.