miércoles, 9 de febrero de 2011

YO CREÍA...



Yo creía
que la gente que me rodeaba,
guiaba sus actos
guiados por la generosidad y el altruismo
pero comprobé
que solo en el caso de que los resultados
les interesara
en alguna forma.

Yo creía
que mantenían firmemente sus convicciones
pero comprobé que no tenían convicciones
sino solo creencias inapelables en dogmas.

Yo creía
que sus muestras de amor y respeto
nacían de una fuente desinteresada
pero comprobé que si no les beneficiaban
se olvidaban de mí.


Yo creía
que sus decisiones
eran producto de serena reflexión
y ecuánime actuación
pero comprobé que solo se amoldaban
a opiniones o presiones de otros.

Yo creía
que la vida era dulce
porque dulces eran las palabras
y las sonrisas
pero comprobé que dulzura y sonrisas
solo duran mientras les apoyas.

Yo creía
que un fin noble
ennoblece y une a las personas
pero comprobé que a veces
las envilece y las desune.

Yo creía
que juntos cooperábamos
y que nos sentíamos como hermanos
pero comprobé que cuando algo va mal
solo somos primos segundos
y más que cooperar, intrigamos.

Yo creía, en fin
que era una suerte contar
con personas nobles a mi alrededor
pero comprobé que, para mi desgracia,
era mejor continuar solo mi camino.

Yo creía, en fin,
que todo el mundo era bueno y santo
hasta que comprobé que no es así,
que solo había sido visto así por mi tonta candidez.

Ahora me duele mi engaño
pero no culpo a nadie.
cada cual es como es
y por supuesto,
no como yo lo pensé.

Cambiar de visión es duro,
y duro ahora será mi castigo.
pero lo acepto agradecido
porque fue mi error.

Solo lamento
que mi mundo, luminoso
por mis quimeras,
se me haya vuelto gris.

Solo prometo y reitero
mi compromiso con lo real.
Lo blanco es blanco
Lo negro negro.
Y lo gris… gris.





3 comentarios:

Carmen dijo...

Lo real, a veces, es tan real y crudo como lo expones.

Y más vale, es cierto, tomar conciencia y decir si es así: es que es así...

Pero queda claro que todo cuanto tú creías, es porque estaba (al menos en ti) y aunque sólo sea en ti (que yo no lo creo) ¿no crees que ya merece la pena?

Yo soy un poco esquiva y silenciosa... pero soy dulce y noble... te lo prometo ;) jejeje

Un beso Abraxas :D

ABRAXAS CADIZ dijo...

Me parece que llevas razón, querida amiga.
Creo que fue Confucio quien nos recomendó:
"Si ves lo que hace un hombre bueno, trata de imitarlo.
Si ves lo que hace un hombre malo,
examinate a ti mismo."

Quizá, y como dices, lo que veía fuera de mí era solo un reflejo de lo que ya existía en mí. En verdad somos lo que pensamos...
Deberé pues examinarme a mí mismo...
Un fuerte abrazo.

juanarmas dijo...

Gracias por brindarnos tu poesía, Abraxas.

Quizás sea una cuestión de expectativas, pero también, como apuntais, de reflejo. Percibimos según el prisma interior, pero ese mismo prisma es suceptible del momento y de nuestro estado.

Partiendo de que la realidad será la que tiene que ser y de que confiar nuestro estado de ánimo en la reacción de las personas es asignarse en gran medida una dosis a veces cotidiana de tristerías, sólo nos queda abrirnos a la única vía que brinda plena confianza sin juicios, la naturaleza que nos rodea, y ahondar en el sentir que nos hace sentir vivos.