domingo, 21 de diciembre de 2014

SOL INVICTUS




Sol que naces invicto
de lo profundo del invierno,
sobre la tierra yerma y fría
que recuerda tu esplendor
de los amables y cálidos días.

Proclamas ahora tu promesa
de resurrección y de fuerza.

Naces niño, y pequeño,
como la luz en la gruta,
como una chispa en las ascuas,
con el poder milagroso
de la fuerza del cachorro,
de la claridad del arroyo.

Hundirás las semillas
en la tierra dormida,
y un día volverán
a prender la inmensa hoguera
de una nueva primavera.

Sol triunfante, naciente
en un mundo oscuro
disolverás las negruras,
y ante tu luz morirán.

Y darás vida a los seres,
otra vez renacidos
de la tierra, iluminados
tomando tu luz y tu vida.

Si nuestra fe mengüa
y nuestra llama tiembla temerosa
en los fríos y cortos días
de estremecimientos y miedos,
muéstranos que la victoria
duerme en nuestros pechos
soñando la compañía de tu fuerza.


Y danos la fe
de una nueva primavera,
de vida y de flores
nacidas por tu fuego.

Y así recogeremos luego
en la paz dulce del estío,
los dorados frutos
nacidos de tu mano.

Así sea.




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